Aparentemente son moradores del desierto, pero realmente han sido condenados a vivr en la nada, en un punto entre Argelia, Mauritania y Marruecos. El olvido injustificado de España, la indiferencia de Francia y la represión marroquí, hacen que todo un pueblo, el saharaui, gentes de la mar, viva por décadas desterrados a un mar de arena. 

 

Allí, en Tinduf, uno de los núcleos más numerosos, malviven cientos de miles de personas expulsadas de su tierra por contoner ésta gas y petróleo, en campos de refugiados auspiciados por la ONU.

 

Tuve la suerte de conocer sus vidas, de vivir en una jaima con una familia que nos acogió con la hospitalidad del humilde, ese que da todo aunque no tenga nada. Durante el vuelo pregunté a uno de los organizadores del Festival de Cine del Sahara, casi única celebración que durante una semana intenta poner en el mundo a este pueblo olvidado, por la forma de entregar a la que iba a ser mi familia durante esos días, algunos regalos, comida mayormente. Su respuesta, directa y natural, aún perdura en mi mente y, sobre todo, en mi corazón: "todo aquello que les quieras dar, sobre todo si quieres entregarles algo de dinero, hazlo el último día, sino ellos se lo gastarán en ti..." 

 

A SEA OF SAND FOR A FISHING VILLAGE: SAHARA FREE

 

The Saharawi are inhabitants of the desert, but in reality they have been pushed from the sea to the desert in an area between Algeria, Mauritania and Morocco. Victims of the unexplainable obliviousness of Spain, the indifference of France and the repression of Morocco, that made the Saharawi, people of the sea, banished from the sea and pushed into a sea of ​​sand.

 

In Tindouf, one of the largest community, live hundreds of thousands of people driven out from their land by oil and gas exploration and moved in refugee camps under UN protection.

 

I was fortunate to meet them and get to know their lives, we were welcomed by a family who invite us in their tent offering us the hospitality of the humble: they give everything even if if they have very little. During the flight I asked one of the organizers of the Sahara Film Festival, an unique celebration that for a week puts this forgotten people on the world map, how I could give to my host family some gifts. His answer, direct and natural, still lingers in my mind and, above all, in my heart, "give them whatever you want to, but remember that, especially if you give them money, to do it the last day otherwise they will spend it on you ... "