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HABITANDO FRONTERAS

LIVING  ON THE BORDER

“En la frontera, quizá sí, pero justo en la frontera, quizá no. ¡Justamente!”, decía un artículo del científico J. Wagensberg* que trataba de como la ciencia es una cuestión de frontera que separa lo verdadero de lo falso. En cambio, la ética trata de dilucidar entre lo bueno y lo malo. 

 

El enclave de Melilla, ciudad de soberanía española y de realidad difusa envasada, parece corresponder a ese diálogo. Sus límites artificiales son geopolíticamente verdaderos, pero observados bajo las miradas de sus moradores cercanos, se ponen en duda sus certezas, donde sus pasos fronterizos actúan de sumideros del sistema.

 

Me contó un policia gaditano que por la frontera pasan hasta coches enteros portados en bicicletas. Tuve que admitir que la exageración andaluza no era tanta o que aquí la separación entre lo verdadero y lo falso no es tan clara. Lo que si permanece es la separación de lo bueno y lo malo desde la ética del poderoso, ¿justamente?

 

*J. Wagensberg, profesor Teoría Procesos Irreversibles

 

 

In the enclave of Melilla, Spanish sovereign city in Morocco, the reality seems exactly to reflect that dialogue. Its boundaries are geopolitically truth, but observed under the eyes of its nearby residents are questionable realities, where its border is  submitted to a questionable system.

 

A police officer from Cadiz told me that cars carried on bikes are smugglesthrough the borders. In this case, the known Andalusian exaggeration was not very far from the truth. What was very clear was the separation between good and bad according to a logic of powerful and powerless.

 

 

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